lunes, 6 de enero de 2014

Cabo Verde



Cabo Verde se compone de diez islas, cada una de ellas tiene un perfil diferente, con el denominador común de gente amigable, colores vivos, y encanto en general.

Santiago:

Praia, su capital, está situada en la isla de Santiago; en su centro, Plateau, la actividad comienza por la mañana temprano, el mercado es un ir y venir de gente, mujeres que cargan absolutamente cualquier cosa sobre la cabeza, familiaridad por doquier, nadie te mira raro si llevas rulos en el autobús.

Al atardecer, las playas se convierten en gimnasios improvisados donde los caboverdianos cultivan sus cuerpos y las calles se llenan de corredores de todas las edades y niños que juegan con cualquier objeto común que se convierte en su entretenimiento.

Sorprende de Cabo Verde, la facilidad de conexión a Internet en las llamadas “Plazas Digitales”; en las principales plazas se puede encontrar wifi gratuito de suficiente calidad para permanecer conectado con el mundo.



Boa Vista:

La única manera de llegar a Boa Vista es por vía aérea y el aeropuerto llama la atención por ser al aire libre. Los coches son en su gran mayoría 4x4 ya que las infraestructuras son escasas y el ambiente desértico predomina en la isla. Es un destino perfecto para los amantes del windsurf y el kite surf, lo cual ha atraído a extranjeros que emprenden negocios en este ámbito, haciendo que los precios sean solo asequibles al nivel económico occidental.

En Boa Vista es también conocida la actividad de protección de tortugas marinas, donde asociaciones tratan de preservar la especie.



Las principales excursiones en la isla son: la playa de Santa Mónica, donde puedes disfrutar de 18 km de arena blanca y mar turquesa prácticamente para ti solo. Y cercana a ésta, la playa de Varandinha. Una pared de rocas la protege y una gruta, de dudoso interés, es su parte más turística. Para realizarlas se puede alquilar un coche, para lo cual hay que estar preparado para la aventura, puesto que su desértico paisaje compuesto por grandes dunas, puede atraparte con algo más que con su encanto y quedar varado hasta que alguien aparezca en tu rescate. La otra opción es ir acompañado de un guía; la suerte quiso que en nuestro caso no tuviéramos la opción de alquilar coche y fuimos acompañadas de Eusebio, quien con un poco de nuestra ayuda “rescató” a unos turistas inexpertos en asuntos de dunas.



La nochevieja en Cabo Verde es pintoresca, la gente sale con sus coches a pitar por las calles, grita “¡Bon ano!” (Buen año) y ponen música… Desde nuestra experiencia podemos decir que te pueden invitar a sus casas, darte besos de felicitación del nuevo año e invitarte a tomar algo sin apenas conocerte e incluso entenderte.

En definitiva, Cabo Verde con su ambiente isleño y colorido es un destino de relax, su lema “Naô estres” es muy acertado. Es un país que te hace mezclar lo paradisiaco con la cultura africana; eso sí, su difícil acceso y comunicación entre islas hace que los precios sean más elevados de lo esperado.





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