Cabo Verde se compone de diez islas, cada una de ellas tiene
un perfil diferente, con el denominador común de gente amigable, colores vivos,
y encanto en general.
Santiago:
Praia, su capital, está situada en la isla de Santiago; en
su centro, Plateau, la actividad comienza por la mañana temprano, el mercado es
un ir y venir de gente, mujeres que cargan absolutamente cualquier cosa sobre
la cabeza, familiaridad por doquier, nadie te mira raro si llevas rulos en el
autobús.
Al atardecer, las playas se convierten en gimnasios
improvisados donde los caboverdianos cultivan sus cuerpos y las calles se
llenan de corredores de todas las edades y niños que juegan con cualquier
objeto común que se convierte en su entretenimiento.
Sorprende de Cabo Verde, la facilidad de conexión a Internet
en las llamadas “Plazas Digitales”; en las principales plazas se puede
encontrar wifi gratuito de suficiente calidad para permanecer conectado con el
mundo.
Boa Vista:
La única manera de llegar a Boa Vista es por vía aérea y el
aeropuerto llama la atención por ser al aire libre. Los coches son en su gran
mayoría 4x4 ya que las infraestructuras son escasas y el ambiente desértico
predomina en la isla. Es un destino perfecto para los amantes del windsurf y el
kite surf, lo cual ha atraído a extranjeros que emprenden negocios en este
ámbito, haciendo que los precios sean solo asequibles al nivel económico
occidental.
En Boa Vista es también conocida la actividad de protección
de tortugas marinas, donde asociaciones tratan de preservar la especie.
Las principales excursiones en la isla son: la playa de
Santa Mónica, donde puedes disfrutar de 18 km de arena blanca y mar turquesa
prácticamente para ti solo. Y cercana a ésta, la playa de Varandinha. Una pared
de rocas la protege y una gruta, de dudoso interés, es su parte más turística.
Para realizarlas se puede alquilar un coche, para lo cual hay que estar
preparado para la aventura, puesto que su desértico paisaje compuesto por
grandes dunas, puede atraparte con algo más que con su encanto y quedar varado
hasta que alguien aparezca en tu rescate. La otra opción es ir acompañado de un
guía; la suerte quiso que en nuestro caso no tuviéramos la opción de alquilar
coche y fuimos acompañadas de Eusebio, quien con un poco de nuestra ayuda
“rescató” a unos turistas inexpertos en asuntos de dunas.
La nochevieja en Cabo Verde es pintoresca, la gente sale con
sus coches a pitar por las calles, grita “¡Bon ano!” (Buen año) y ponen música…
Desde nuestra experiencia podemos decir que te pueden invitar a sus casas,
darte besos de felicitación del nuevo año e invitarte a tomar algo sin apenas
conocerte e incluso entenderte.
En definitiva, Cabo Verde con su ambiente isleño y colorido
es un destino de relax, su lema “Naô estres” es muy acertado. Es un país que te
hace mezclar lo paradisiaco con la cultura africana; eso sí, su difícil acceso
y comunicación entre islas hace que los precios sean más elevados de lo
esperado.
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